Nos encontramos con un piso muy deteriorado, casi inhabitable, en la zona del Orzán. Lo primero que hicimos en esta reforma, fue una redistribución de los espacios, separando zonas de día y de noche.
A pesar de la poca superficie, aprovechamos cada rincón para conseguir más amplitud y fluidez. Optimizamos el baño, creamos un armario vestidor a medida e incluso conseguimos una zona de lavandería independiente.
A la cocina, pese al tamaño reducido, conseguimos darle mucho servicio, además de unos preciosos acabados que le confieren un aire clásico actual.
Además de a la cocina, también se buscó dar ese estilo clásico actual a los suelos en espiga, las puertas balconeras o las barandillas de forja; e incluso se hizo una réplica exacta de la puerta de entrada.